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Con el objetivo de analizar la coyuntura actual de la economía de Brasil y las principales oportunidades de inversión, CFA Society Uruguay, junto con CFA Society en Argentina y Compass Group, desarrollaron la videoconferencia “Brasil: coyuntura y oportunidades de inversión”.
El evento contó con la participación profesionales del mercado financiero, así como de autoridades y miembros de CFA Society Uruguay y CFA Society Argentina.
Los oradores fueron Nathan Fabius, analista macroeconómico regional en Compass Group con enfoque en Brasil; Rafael Mendoza, Socio de Compass Group, Co-Head de Renta Variable y All Cap Equity en la oficina de Nueva York: y Tomás Venezian, Socio de Compass Group, Head de Deuda Corporativa y Co-Portfolio Manager de las Estrategias de Deuda Corporativa Latinoamericana. La presentación y reflexiones finales estuvieron a cargo de George Kerr, Country Head de la oficina de Compass Group en Brasil. Ofició de moderadorAgustín Ortiz Fragola, vicepresidente de CFA Society Argentina.
Fabius realizó una actualización macro del estado de situación de la economía global y luego de la brasileña. Explicó que el crecimiento esperado de la economía global para 2021-2022 “va a ser muy por arriba de lo que fue el crecimiento de los últimos 2 años”. “Esto tiene que ver con una situación de estímulo fiscal grande, liquidez, tasas bajas y programas de infraestructura. Se genera ambiente propicio para una alza al precio de los commodities (…) En ese sentido, muchos de nuestros países se benefician, los mercados emergentes tienen un viento de cola notorio”, dijo.
En Brasil, particularmente, se espera un crecimiento del 3,5% del PBI para el 2021 y algo más cerca del 2% para 2022. Luego de analizar el aumento de la producción, el comportamiento de los precios, de la moneda y la inflación, así como también el transcurrir de la pandemia del COVID-19 en el país norteño y sus perspectivas en la campaña de vacunación, Fabius resumió: “Ya a fin de año comienza el período de 12 meses previos a las elecciones presidenciales, lo cual va a cambiar un poco la discusión. Pero ahora hay una ventana de oportunidad para invertir en las próximas semanas y meses. La inflación será un tema para tener en el radar pero pensamos que va a tener efectos transitorios”.
Rafael Mendoza centró su oratoria en la renta variable. Describió que en la actualidad se está viendo un “repricing de muchos de estos activos: yendo por todo el conjunto de los commodities, desde soft commodities hasta metales base”.
A modo de síntesis, el experto aseguró que se ve un universo invertirle más amplio, “mejorando el potencial de diversificación gracias al crecimiento del mercado de capitales” y que las valorizaciones son atractivas “tanto versus pares emergentes como con su propia historia”.
Venezian, por su parte, se refirió a la situación de la renta fija en Brasil. La resiliencia de las corporaciones vs los soberanos “fue bastante notable”, dijo.
“Las empresas han hecho un montón de venta de activos no esenciales, han disminuido sus planes de expansión, han bajado el costo y han mejorado márgenes. Por tanto, desde el punto de vista estrictamente de crédito, hoy en día las compañías están mucho más sanas que hace 5 años atrás”.
Luego resumió ideas de crédito corporativo que se presentan como atractivas en Brasil, destacando la deuda subordinada de bancos sistémicos; las materias primas (hierro, celulosa y papel); algunas utilities, el petróleo, el gas, la salud, la producción de alimentos, el sector agrícola y las cementeras, entre otros.
Por otro lado, dijo que en la actualidad no asoman como buenas ideas de crédito corporativo en Brasil las constructoras, las aerolíneas y aeropuertos, el sector de las telecomunicaciones y el sector industrial.
Kerr, por su parte, se dedicó a analizar la coyuntura política del país y sus derivaciones económicas, ya que se celebrarán elecciones presidenciales en 2022, con una notoria polarización entre Jair Bolsonaro y Luiz Inácio “Lula” da Silva.
Aseguró que si bien hay una ventana de estabilidad en los próximos meses con la retomada de la actividad, el escenario se tornará volátil “como una montaña rusa” entrando en la ventana de 12 meses antes de la elección de octubre 2022. Tanto Bolsonaro como Lula tienen un núcleo duro de votantes de entre un 25 y 30% “muy leales” y que no se visualiza con claridad una tercera vía, o sea, “un candidato fuerte para pelear con los dos”.
En su opinión, Bolsonaro accedió a la presidencia en base a una campaña marcada por “un discurso mucho más de derecha del que logró ejecutar”, porque cuando asume un presidente está obligado a trabajar en bloque con varios partidos de centro “que no dejan al presidente moverse demasiado ni a la derecha ni a la izquierda”.
Ortiz Fragola opinó que eso “habla bien de las instituciones, que terminan moderando a los diferentes candidatos para que, una vez que toman el poder, se vayan para ninguno de los extremos”.